jueves, 31 de marzo de 2011

CRÍTICA 'YO SOY LA LOCURA' - LA NUEVA ESPAÑA

La crisis económica casi endémica y convertida ya en paisaje cotidiano también en el mundo de la música, está abriendo nuevos caminos y posibilidades antes insospechados para los intérpretes de mayor iniciativa y que son capaces de mirar más allá de que un agente o un teatro les ofrezca una invitación para participar en determinados proyectos. Estamos ante músicos que han entendido que su papel en la industria cultural debe ser capaz de aunar esfuerzos diferenciados para construir aventuras artísticas de alta calidad que tampoco necesitan de enormes despliegues mediáticos para llegar al público. Su principal arma es el rigor y la calidad.

Las anteriormente enunciadas son algunas de las características que definen la trayectoria de la soprano española Raquel Andueza, una voz con peso propio dentro del territorio de nuestro barroco, aunque también ha frecuentado con éxito otros ámbitos. Junto a Jesús Fernández Baena a la tiorba y Pierre Pitzl a la guitarra barroca ha fundado el grupo La Galanía y, en compañía del primero, ha dado un paso más arriesgado, el de fundar su propia compañía discográfica, de hermoso nombre: «Anima e corpo», hartos de no poder afrontar con las garantías adecuadas la interpretación de un repertorio que ellos consideran, con acierto, que se ha de poner al alcance del público de hoy. Acaban de sacar al mercado su primer trabajo, Yo soy la locura y el alto nivel interpretativo con el que se aborda un intenso repertorio cuyo eje es el barroco español del siglo XVII ha hecho que su esté cosechando merecidos elogios de manera creciente.

Andueza es una soprano refinada y exquisita y su calidad interpretativa se basa en un sólido trabajo técnico y estilístico que da pie a interpretaciones de enorme belleza expresiva. Es un ejemplo de la versatilidad de los cantantes españoles, pese a las cretinas y absurdas opiniones de algún indocumentado, y también del empeño en la defensa de la rica tradición hispana, afán en el que cada vez hay implicados un mayor número de intérpretes que trabajan con estándares totalmente competitivos a nivel internacional.

Yo soy la locura es el exponente de ese fulgor creativo en el que destacan obras de autores como José Marín, Juan Hidalgo o Gaspar Sanz y también de otros extranjeros que escribían canciones en español en las cortes europeas como Henry du Bailly, Benedetto Sanseverino o J. B. Lully, por citar algunos de los que se incluyen en esta cuidada selección. En el discurso narrativo del disco se alternan diferentes géneros desde el «tono» o «tonada» pasando por los diferentes «aires de corte», las «folías» y «españoletas», la mayoría de ellas de honda raíz popular y alguna como «Marizápalos» plenamente inserta en nuestra tradición picaresca. Entre todas forman un corpus de enorme interés que Andueza y La Galanía van desgranando con emoción y brillo creativo. Una delicatessen que, a buen seguro, tendrá continuidad con nuevos retos.

Cosme Marina, La Nueva España, 30 de marzo de 2011

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